martes, 19 de abril de 2011

APUNTES DE CLASE: FRANCISCO FERRER Y GUARDIA Y LA ESCUELA MODERNA


Nació en 1859 y murió en 1909, ajusticiado después de la Semana Trágica de 1909 e injustamente condenado por instigador de la misma.
Francisco Ferrer se forma en las primeras letras en una escuela de Alella (Barcelona), marcadamente católica, y en ella ya experimenta los rigores de los métodos pedagógicos del director, párroco de Alella. Los golpes y castigos severos eran sus métodos de enseñanza.
Esta primera experiencia hace de Ferrer que posteriormente defina la educación como “equivalente a domar, adiestrar y domesticar…”
Pertenece al movimiento de la pedagogía racionalista y fundador de la floreciente Escuela Moderna a principios del S.XX en España y que fue truncada por su injusta condena. Posteriormente su legado fue postergado como tantas otras innovaciones por la infame guerra civil española.
Pero, ¿qué es la Escuela Moderna?
Ferrer i Guardia comenta de su propia escuela “para hacer las bases de las Escuelas Modernas no tengo más que tomar lo contrario de lo que viví en mi infancia”.
Ferrer pudo materializar su pensamiento pedagógico gracias a la señorita Mounié.
Enseñanza emancipadora, desprovista de prejuicios burgueses, religiosos y patrióticos. Mediante el uso de libros emancipadores basados en la ciencia positiva y al servicio de  los mejores ideales sociales: libertad, igualdad y fraternidad. Y que dio soporte a la pedagogía racionalista de 1909 a 1939.
Características de la pedagogía racionalista
·         Estima antipedagógica la memorización sumisa y pasiva.
·         Enseñanza no autoritaria, sin castigo, premios ni exámenes, y con la participación e integración del alumno. Sus principios son razón, libertad, supresión de premios, castigo y exámenes, no autoritarismo y coeducación.
·         Considera el libreo de texto como punto de apoyo para alumnos y maestros, más que como rígida programación de la actividad docente.
·         Consideran la elaboración y exposición de trabajos prácticos por parte del alumnado como algo esencial para poner en práctica la materia desarrollada a lo largo del año.
·         Se trata de poner al alumno en situación de recrear activamente los procesos elementales del saber, la observación, la investigación y el espíritu crítico.
·         Requiere la libre actividad cooperadora del educando, el cual se constituye a su vez en educador de sus compañeros más jóvenes (mentor).
·         El adulto, por su parte, no debe imponer al niño sus puntos de vista ni sus valores. La enseñanza debe adaptarse a la psicología del niño.
·         Para los racionalistas no hay mejor método que los juegos y las actividades manuales.
·         Aprender a poner en común sus puntos de vista y experiencias personales.
·         Participan a menudo en charlas, conferencias sobre temas de interés científico y social. Organización de frecuentes excursiones al campo.
·         Defensa roussoniana de lo natural que se concretaba en una exaltación de lo artificial.
·         Se propugnaba la coeducación y las colonias de verano.
·         Los contenidos de aprendizaje se pretende que sean inspirados y controlados por el quehacer científico- experimental.
·         Los contenidos no se ofrecía de forma aislada, inconexos, en compartimentos estancos, sino que se cuidaba en presentarlos estructurados por una concepción “darwinista social”, historicista y naturalista.
Estos planteamientos reafirmaban su posición laica respecto a las cosmovisiones religiosas, en particular de la iglesia católica. La pedagogía racionalista insistía en el carácter mitológico de las explicaciones religiosas. Estos planteamientos consiguieron atraer las iras de los sectores más conservadores de la iglesia católica.
Tendencia al autodidactismo, el muchacho que se acerca a una escuela racionalista debe formarse, en buena medida, solo.
Resulta doloroso al profesor sentirse prescindible, pero ello indica que ha culminado el trabajo.
Exaltación de los valores de solidaridad de clase.
Los sentimientos contribuyen a personalizar al individuo.
Quiso ser una enseñanza materialista centrada en el niño.

“Si de algo estamos satisfechos, si de algo estamos ya hartos, es de hombres que piensen bien y obren mal. Necesitamos una escuela donde se cultive sobre todo en el niño el sentimiento, que logre que cada niño sea un hombre con carácter capaz de saber traducir en actos sus pensamientos” (Ocaña)

“Reivindicando la importancia del sentimiento sentaba en cierto modo las bases de la superación del intelectualismo que, desde el Renacimiento viene tratando la educación europea” (Pere Solá).

Gracias a la contribución de Francisco  Ferrer y su escuela moderna, y a través de su heredera directa la escuela racionalista, entran en España los postulados de la “escuela nueva”, que los movimientos de renovación pedagógica de la burguesía en Cataluña y los hombres de la Institución Libre de Enseñanza en Madrid popularizaron en la década de los años 20.

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